
Carl Wolfston no es un católico activo; sin embargo, él ha sido un voluntario habitual en el programa de Community Care, dándoles la bienvenida a los visitantes en el portón de la entrada de la fila de carros que reciben alimentos gratis. A él le encanta retribuir a la comunidad.
Aquí esté su historia sagrada.
Usted no es miembro de la parroquia de St. Michael’s; ¿cómo fue que se involucró en el programa de “Community Care?
Soy voluntario en el programa “Meals on Wheels, y hago entregas todos los viernes. Una de las señoras a quien le llevo una entrega se llama Sally y ella me preguntó si yo sabía algo del programa de “Community Care” de St. Michael’s; yo no sabía nada, pero le prometí que le conseguiría la información. Llame a la oficina para indagar sobre el programa y quedé muy impresionado con la información que me dieron. En esa ocasión hice una donación monetaria porque en esa época ustedes compraban los alimentos que distribuían. Y, desde noviembre de 2020 más o menos empecé a trabajar también como voluntario todos los sábados y cuando termino en St. Michael’s le llevo a Sally sus alimentos.
¡Fabuloso! ¿Qué lo motivó para involucrarse?
Primeramente, yo he tenido mucha suerte en la vida y es hora que empiece a retribuir a la comunidad. Lo que veo en el mundo es triste, especialmente las personas desempleadas y subempleadas. Hay mucha gente experimentando situaciones temporales y obstáculos en la vida y pienso que si ellos reciben un poco de ayuda se pueden recuperar. También estoy involucrado en terapia de mascotas—perros de terapia que llevo a las escuelas secundarias y centros de cuidados de personas con dificultades de memoria, centros de veteranos… Son personas que no solo tienen hambre o tienen problemas financieros, sino que también son personas que se sienten SOLAS. Estas personas solo desean hablar con alguien, y veo que cuando llevo a un perro para que lo acaricien, cuando entrego alimentos o cuando les doy la bienvenida a los participantes del programa “Community Care” logro alegrarlas un poco; las personas necesitan contacto humano, una sonrisa.
Cuéntenos lo que hace en el programa “Community Care”; usted es el “Carl Sonriente del Portón”
¡Ha! Yeah! ¡Tal vez! ¡Pero, me las vas a pagar si me empiezas a llamar así! Yo soy el que doy la bienvenida a las personas que llegan al portón de entrada en la fila de los carros. Lo que he notado en el “Community Care” es que esas personas no quieren estar allí; hay mucho orgullo y vergüenza. Un día pasó en la fila una persona conocida y yo pensé “¿Qué hace aquí? El tiene de todo en su vida” pero luego de platicar un rato me di cuenta que era una de esas cosas de la vida. Tanto él como su esposa habían perdido sus trabajos y estaban pasando dificultades. Me alegré de estar allí y poder al menos hacerlos sentir un poco mejor; tratarlos humanitariamente, platicar un poco, hacerlos sonreír. Solo espero lograr que su situación sea un poco mas digna. Y yo creo que eso es lo que me hace feliz, saber que logré que alguien se sintiera un poco mejor
¿Y algunas de las personas que llegan regularmente ya te reconocen?
Yeah! Algunos. Hay un señor que casi siempre es el primero de la fila, y cuando no es el primero le digo bromeando, “Hey, ¿qué paso? ¿Se le adelantaron? Y nos reímos; yo me divierto compartiendo con ellos porque creo que crea un espacio para que ellos se relajen un poco.
Es muy interesante ver cuánta gente nueva pasa por la fila, aunque ya llevamos un año haciendo esto. Yo les explico lo que sucede ese día, los alimentos que tenemos y luego les digo, ¡“hasta la próxima semana!” Y con frecuencia así es. Ah, y me he vuelto un experto en abrir las cajuelas de todas las marcas y modelos de carro.
Y la bienvenida no termina con usted…..
No, y eso es lo que es lindo con este equipo de trabajo. Después de que platican conmigo, ellos pueden rezar una oración con el equipo de oración que llega hasta sus carros. Luego el equipo de distribución también les saluda, al igual que el voluntario en el portón de salida. Ya cuando salen de la fila se les ha saludado varias veces. Con todas las dificultades que están pasando ahorita, al menos podemos alegrarles el día.
¿Siempre fue usted una persona servicial, o fue que sucedió algún cambio?
Creo que cuando cumplí los 50 años la vida me dio una segunda oportunidad. Me recuperé de un divorcio y conocí a una mujer maravillosa; yo bromeo con ella y le digo que si me hubiera conocido antes de mis 50 yo no le hubiera caído bien. Me iba muy bien en el negocio que establecí en 1993 y me llego el momento de crecer y retribuir a la comunidad los beneficios recibidos. ¡Lo que le digo es que he tenido varias crisis de la edad madura! (risas…) Fue la realización de que es un hecho que no tengo que trabajar, pero trabajo porque me gusta. ¿Entonces, como será la jubilación? Al acercarme a esta etapa de mi vida, yo ya no “necesito” muchas cosas; pero el retribuir me hace feliz.
¿Cree usted que ser voluntario cambia a una persona?
Si. Bueno, veo que algunos de los jóvenes voluntarios en la escuela secundaria “tienen” que hacerlo para acumular las horas de servicio. Pero, luego, muchos de ellos regresan a pesar de haber ya completado el requisito. Eso significa mucho. Es porque te hace sentir bien, porque al acostarte en la noche y reflexionar en lo que hiciste durante el día puedes decir “yeah, hice algo por alguien.”
¿Y su trabajo en el programa de “Community Care” de St. Michaels le ha cambiado su opinión de los católicos?
Yo crecí en la religión católica, fui un monaguillo y todo eso, pero mi experiencia con el catolicismo fue…bueno, diferente. Definitivamente soy ahora un cristiano activo. Pero lo que he visto que sucede aquí en St. Michael’s nunca lo había visto antes; por ejemplo, no teníamos estudios de la biblia y ustedes tienen un buen programa. Y lo que han logrado hacer con “Community Care” bueno, es algo muy diferente de la experiencia que tuve anteriormente en las iglesias católicas. Ustedes se han salido de los muros de la parroquia y han dado la bienvenida a los voluntarios y a personas de todos los niveles sociales.
Debido a mi trabajo voluntario, he tenido la oportunidad de platicar con el Padre Carl, y nos hemos reído mucho. Es un buen tipo. También logre conocer al Diacono David Rezendes, el famoso creador de los arreglos de luces de navidad. Eso estuvo bien. Lo que ustedes han hecho en la iglesia católica aquí en Livermore no es definitivamente la experiencia de mi juventud. Es una experiencia completamente diferente, es algo emocionante y agradable de observar.
Carl, gracias por su tiempo! Nos encanta que sea parte del equipo del Community Care!
¡No hay problema! Te veo el próximo sábado. Y si alguien que lee esto lo lleva a "Community Care", ¡asegúrese de saludar!
SI NECESITA AYUDA CON ALIMENTOS …
St Michael Community Care está abierto los sábados de 9:00 am a 11:00 am. Las personas mayores o aquellos que están confinados en casa pueden solicitar la entrega de los alimentos. Haga las solicitudes antes del jueves a Sonia Sánchez en la oficina parroquial: 925-447-1585 o Office@StMichaelLivermore.com
SI QUIERES SER VOLUNTARIO CON CARL ...
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